Al
contrario de Weber, Marx (1818-1883) hacía hincapié en el factor ideológico de
la educación detrás de la dominación y la reproducción de las condiciones de
producción y marginalidad que sufre la clase pobre respecto a las condiciones
en las que se desarrolla su educación. Por último, Simmel enfocó su atención en
el proceso de enseñanza aprendizaje, el papel del docente, la metodología al
impartir docencia, etc., y en el acontecer de la lección y la educación.
En
base a lo anteriormente explicado, se podría decir que la sociología de la
educación se ocupa de un “macrotema” porque “la materia es, en efecto,
inmensa y poco definida” (Janne, 1980, p. 13), donde se podría reconocer
múltiples definiciones sobre el objeto de estudio desde diversas perspectivas.
Pero, si nos enfocamos en la visión tradicional de este enfoque, podemos
inferir que se centra en la relación sociedad – educación.
Esta se nos presenta como el estudio de las variables biológicas, psíquicas, sociales, políticas, culturales, religiosas, etc., que mediante la educación conducen al constructivismo unitario de la persona. En definitiva y con tal planteamiento, la antropología supera ampliamente los límites de una materia o disciplina para convertirse en un enfoque comprensivo de lo educativo y de la constructividad humana mediante la educación.
Asimismo, se compromete con el desarrollo de las dimensiones de la persona del pensar, el sentir, el actuar y de las relaciones humanas como núcleo de la formación integral. En ese sentido, también permite la comprensión, articulación y praxis entre lo pedagógico, lo curricular, lo didáctico y la evaluación de los aprendizajes con los problemas del conocimiento, de las disciplinas, las profesiones y el ethos institucional para transformar las sociedades.
En cuanto a la formación, este enfoque orienta dos procesos: el currículo y la práctica pedagógica. Con respecto al primero, lo comprende como una construcción social y cultural que le permite organizar el conjunto de prácticas educativas de la comunidad universitaria que a su vez materializan, concretizan y dinamizan el Proyecto Educativo Institucional. En relación con la segunda, dinamiza los procesos de aprendizaje y enseñanza haciendo de ellos escenarios de praxis pedagógica, política y ética que le permite al docente tener una permanente aptitud reflexiva, dialógica y crítica frente a los estudiantes, los diversos contextos, y al corpus epistemológico, conceptual, teórico, metodológico, práctico, praxiológico e investigativo de su disciplina con el fin de propiciar el aprendizaje y mejorar sus acciones como docente.
Fundamento teórico:
Lawrence (1975) en su intento de comunicar los principios esenciales de la propuesta educativa dominicana de tal forma que quede abierta al escrutinio crítico y traducido efectivamente a la práctica. Se puede decir que este se caracteriza por presentarnos una organización exacta con los diferentes elementos que componen nuestro currículo, como también los grupos temáticos de las distintas áreas del saber.Fundamento histórico:
La historia de la educación constituye un tema de sumo interés ya que la tradición constituye un factor de vital importancia en el campo de la educación y ejerce una profunda influencia sobre el desarrollo del currículo. Muchos conceptos contemporáneos acerca del currículo proceden de épocas anteriores, han persistido hasta el presente y aún ejercen influencia.
Fundamento filosófico:
Se ha verificado que el currículo se estructura en beneficio de los individuos y la sociedad y debido a esta gran responsabilidad, el mismo está permeado de visiones filosóficas. Unos enfatizan la dimensión material de la realidad en vez de la espiritual. Mientras otras enfatizan el significado e las ideas sobre los datos de la realidad. Otros creen que todo conocimiento se deriva de la realidad. Hasta cierto grado, la filosofía y el currículo enfocan el mismo problema: ¿Qué debe la persona lograr ser?, ¿Qué puede lograr ser?, ¿Qué debemos enfatizar?
De acuerdo con Maldonado, M. (2002) en su libro sobre: Las competencias, “una opción de vida: Metodología para el Diseño Curricular”, este fundamento se complementa de dos enfoques uno que lo relaciona con la ciencia o la epistemología implícita en el conocimiento y el segundo con la interpretación que sobre la vida puede dar cuenta la filosofía. Por lo que su propósito de la fuente es insinuar un tratamiento sobre la idea de hombre en la construcción curricular.
Por otra parte, el currículo debe partir de los intereses y necesidades del aprendiz. El grado de dificultad de la experiencia de aprendizaje debe guardar relación con las potencialidades del aprendiz. No puede olvidar que toda conducta del hombre implica una interacción con el ambiente y que la educación es el 8 instrumento por el cual se mantiene la continuidad social de la vida. El currículo debe otorgar más importancia a los procesos útiles para la búsqueda del conocimiento que al conocimiento mismo.
Fundamento psicológico:
Según Francesco, G. (2004) este fundamento se determina en los centros educativos de acuerdo con la corriente Psicológica, desde la base del currículo tiene especial interés en el proceso de educar al hombre en sus potencialidades como también en valores, desde todas sus dimensiones: espiritual, cognitiva, comunicativa, psicobiológica, así mismo lo socioafectivo, también incluye lo histórico, social y cultural para educarlo de manera integral.
Cabe considerar, que es necesario que los educadores conozcamos cómo aprenden los individuos, es decir, el educador debe considerar el desarrollo total de los individuos. En la actualidad existe una enorme cantidad de conocimiento sobre el aprendizaje generado por la investigación científica. Los psicólogos han estudiado a los seres humanos por periodos de tiempo extendidos desde la infancia hasta la adultez.
Jean Piaget es el investigador de las etapas de desarrollo relacionados con el intelecto más conocido. Este identificó cuatro niveles principales de desarrollo: sensorial-motriz (desde el nacimiento hasta los 18 meses); pre-operacional (desde los 18 meses hasta los siete años); operaciones concretas (desde los siete años a los doce) y operaciones formales (de los doce años en adelante). En esta última el individuo comienza el pensamiento formal. Ya puede razonar basándose en suposiciones sencillas, puede deducir conclusiones del análisis y aplicar estas hipótesis o suposiciones. Para Piaget el desarrollo intelectual procede en forma gradual y continua.
Cabe resaltar, que para los diseñadores de currículo es esencial tener un vasto conocimiento de las personas a las cuales va dirigido el currículo. Se debe conocer su funcionamiento total con énfasis en sus dominios auditivos, visuales, táctiles y motrices. Además se debe considerar su funcionamiento verbal y no verbal. Debe incorporarse en la información de planificación aspectos sobre el desarrollo emocional, la evolución de la personalidad y el historial social de los estudiantes.
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